Los
viernes por la tarde era una fiesta en su empresa. Todos sus
compañeros celebraban anticipadamente el fin de semana. Ambiente
desenfadado, risas por doquier, todo fluía con alegría… Se
despedían al salir, se deseaban buen “finde”. Se preparaban para
lo que había de llegar…
¿Y
qué era ello? ¡Pues principalmente el hacer algo distinto al resto
de la semana! (También dejar de trabajar. Como si hubiesen hecho
suyo el castigo divino de: “ganarás el pan con el sudor de
tu frente”.
Los
lunes por la mañana las mismas personas del viernes se veían de
nuevo… Risas ninguna, sonrisas las menos… Lo más, lamentaciones,
caras apesadumbradas, maldiciendo el día, el trabajo, las
circunstancias del vivir el instante, etc. Y no ellos solos, sino que la mayoría de las personas que visitaban la empresa o fuera de ella,
estaban en una situación similar. ¡Para ellos los lunes un
calvario!
Él
observaba todo esto con cierto desapego. No era partícipe de
semejante realidad. Cierto que distinguía el viernes del
lunes, cómo no. Pero ahí acababa toda similitud. De hecho tenía
una curiosa forma de vivir/contar los días:
-Los
lunes: el mejor día de la semana. Le gustaba trabajar y el trabajo
que hacía. Chófer. La carga y descarga de material que realizaba le
permitía ese ejercicio necesario que le mantenía ágil. Le gustaba
conducir/viajar y todos los días realizaba un largo trayecto de
reparto. Le pagaban por ello.
-Los
martes eran el siguiente buen día y además la víspera de la mitad
de la semana.
-Los
miércoles: la mitad.
-Los
jueves eran la víspera del último día…
-Los
viernes, último día de trabajo e inicio del finde. Dándose la
circunstancia de que era el único de los 69 miembros de la empresa
que libraba los viernes al mediodía… Todos los demás a las siete
de la tarde.
Un
lunes mientras preparaba sus trabajos oía a unas compañeras de
oficina relatarse algunas vivencias del fin de semana con cierta
satisfacción. Para a los pocos minutos pasar al estado siguiente,
común y repetitivo, de cada lunes. Les hizo una observación:
―¿Diríais
que el viernes pasado estabais exultantes por la perspectiva del
finde siendo en realidad un día más de la semana?
―Claro,
―contestaron ellas!
―¡Si
celebráis los viernes, lloraréis los lunes! Todos los días son
iguales. Si magnificáis uno, el péndulo de la vida
hará que desvaloréis otro. En realidad sois vosotras mismas quienes
tintáis los días, y por extensión vuestras vidas. Ellos son
siempre igual. ¡Tiempo! O mejor dicho: ‘instantes!
_______________._______________
Si
sales a la calle con escudo (protector) acabará apareciendo la lanza
que hace juego con él.
Si
proyectas defensas ante ataques inexistentes, estos
acabarán apareciendo en consonancia con aquellas.
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Pienso que no hay profesiones aburridas o molestas, sino personas que no las saben encarar con alegría por el deber cumplido, un abrazo Ernesto, hermosa la música, gracias!
ResponderEliminarAbsolutamente cierto..tanta sencillez y cuanto nos complicamos!
ResponderEliminarBuen fin de semana!
"Si sales a la calle con escudo protector, aparecerá la lanza que hace juego con él" sencillamente genial. Claro que sí, cada instante es digno de ser vivido con pasión, qué lástima desperdiciar días u horas constatando que son perdidas...Un abrazo.
ResponderEliminarAsi tal cual, que bonito que lo expresas.
ResponderEliminarPara mi la Vida es un regalo, la misma situación para unos puede ser un gozo y para otros un hastio, depende de como lo sintamos o desde donde lo vivimos... Un abrazo.
Ciertamente y de acuerdo con dichas reflexiones, empatía total con el chófer, es más, me gustan más los días laborables que el finde, nunca me gustaron los domingos y menos a la tarde en cualquiera estación. ;P
ResponderEliminarMuxu haundi, Ernesto. :-)
Desde hace un tiempo, me gustan menos los fines de semana.
ResponderEliminarCada día trae una nueva esperanza.
Un abrazo.
Pues creo que todo los día de nuestra vida son un regalo, a diferencia de que unos días te gustes más que otros. Lo que esta claro que contra más sencillas son las cosas más las complicamos, vamos que nos empeñamos en hacer difícil lo sencillo.
ResponderEliminarErnesto, un abrazo.
Cada día hay que darle un animo distinto y con ello la rutina no se implanta y la vida va siendo mas animosa a llevar.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
Vivir cada minuto intensamente. La verdad es que esperando el fin de semana malgastamos cinco días completos, cinco días que valen tanto como los que esperamos. Deberíamos aplicarnos en vivir todos los instantes.
ResponderEliminarLas dos frases finales son geniales.
Un abrazo, Ernesto!!
Me ha gustado la reflexión que me ha traído tu post.
ResponderEliminarAl final los días son tan gozosos o desgraciados como nosotros los acabamos haciendo.
Gracias por hacer que lo recuerde, menos quejas y más agradecer todo lo bueno que hay en cada uno de nuestros días, que siempre tengan valor.
Un saludo
Es cierto, hermano... Cada día, o mejor cada instante, está lleno de bendiciones, de sorpresas, de momentos y en síntesis de vida...vida sagrada
ResponderEliminarPaz&Instantes de Dicha
Isaac
Esas reacciones?, lo más normal del mundo en el que vivimos. No todos los días se viven de la misma forma. Lógicamente el viernes tiene una perspectiva para los trabajadores, estupenda, por lo cual el ánimo es diferente al lunes, donde se sabe que queda toda una semana para volver a disfrutar de un descanso y de una diversión, a no ser esa persona, que los descansos y las diversiones para él, son igual al trabajo, con lo cual todos los días son iguales se llamen como se llamen.
ResponderEliminarYa se que lo que destacas aquí, es la actitud con la que se puedan mirar los días… pero esa actitud no siempre está presente, y lo más normal del mundo, es el sentir de los trabajadores que aquí nos refieres, ahora y siempre ha sido así, y me parece perfecto que se distinga lo que hace más ilusión, porque sino, todo sería plano…
Me gustó meterme entre tus letras :)
Un abrazo Ernesto.
Puede sonar raro, pero no conozco el aburrimiento.
ResponderEliminarTampoco sé vivir la vida según los distintos nombres de los días.
La vida no es aburrida, la mente sí.
Un gran abrazo Ernesto.
Soy de las que siempre va preguntando qué día es hoy y qué número. Mi despiste va a más desde que no tengo una semana laboral al uso.
ResponderEliminarTienes razón, Ernesto, en que nos vamos creando una serie de escudos o lastres que nos condicionan. En mi caso siempre he tratado de aligerar peso. (Ahora también pero más literal, me sobran 5 kilos para mi gusto)
Cuando trabajaba como una persona nomal:
Me levantaba a las 6.15 de lunes a viernes, aunque me acostaba a las 2. Me gustaba llegar al trabajo con tiempo, si el transporte se me daba bien, vivía lejos, me bajaba dos o tres paradas antes y llegaba caminando al trabajo, de buen humor.
Mis compañeros siempre me decían que de donde sacaba tanta energía y vitalidad y yo les decía "es que no hago planes, vivo al día y siempre me propongo que cada día sea mejor que el anterior"
A veces era estupendo y otras lo peor, pero yo no se lo ponía fácil al destino, que se lo currara como yo.
Así que imaginarás que salgo a la calle sin ningún escudo.
A mí la única lanza que me atrae es la de Don Quijote arremetiendo contra los molinos de viento.
Muchos besos, Ernesto, siempre nos haces reflexionar.
Supongo que con los años uno aprende a valorar los instantes
ResponderEliminarsin numero ni nombre
cada instante es unico y nos arropa de sensaciones
buen fin de semana
Creo que todos los días son iguales. Es la vida que le damos cada uno lo que hace diferente un lunes de un viernes.
ResponderEliminarLos años, creo es, lo que iguala la vida y el aburrimiento
Besos
Todos los días tienen algo especial, aunque hay días que queramos olvidar. Vivamos el momento porque ese instante nunca mas lo vamos a atrapar. Porqué andar en divagaciones con lo deprisa que pasa la vida….
ResponderEliminarUn cálido abrazo Ernesto
Creo que el trabajar es distracción y salud...yo soy mas feliz con mi trabajo ...
ResponderEliminarbueno , quizás según que trabajos ...
feliz lunes amigo y te dejo un gran abrazo.
Yo salgo sin escudo, a pecho descubierto.
ResponderEliminarEn cuanto a los días de la semana, como me ha gustado tanto mi trabajo, tampoco me preocupaba mucho si era martes o jueves..
Besitos besitos
A mi ahora me gustan harto los lunes porque es el único día que viene la señora que me ayuda en la casa :) aprovechamos de conversar y después yo solo mantengo ....genial!!!
ResponderEliminarBueno y cada día tiene su gracia y espero no desgracia.
Un abrazo grande para ti y un sin fin de buenas energías para tu vida.
mar
Que blog tan bello, muy buenas sensaciones, y sabias reflexiones. Me gusta mucho su filosofía; yo soy algo más "polar", para según qué cosas...por eso me convendrá leerte a menudo:)
ResponderEliminarGracias Ernesto,
Un abrazo!
Es muy importante la actitud a la hora de vivir la vida. Los días como bien dices son los mismos, pero quizá para no caer en la monotonía, convenga recuperar la ilusión del fin de semana de aquel que trabaja. No es mi caso, pues ya estoy jubilada. Pero es mucho el ánimo que se pone en todo.
ResponderEliminarUna entrada para reflexionar, que al final, lo que cuenta es que tenemos días para vivir la vida y merece la pena intentarlo, ya sea, lunes, martes o miércoles...
Un abrazo, Ernesto.
Amor y Sencillez ante todo.
ResponderEliminarAbrazos.
Un placer leerte, a mi me gustan los lunes, (menos el de ayer que estaba resfriada)pero cualquier día puede ser maravilloso, sea martes o viernes
ResponderEliminarUn abrazo
ResponderEliminarPera mi, desde que no trabajo cumpliendo un horario, todos los días me resultan igual de interesantes y trato de vivirlos al máximo, en cada momento. Y se me pasan volando.
Gabon, Ernesto, lindos suelos.
es verdad, cuánta gente que se queja los lunes jaja, yo me quejo cuando toca el despertador a las 6 porque me encantaría acurrucarme media horita más aunque la verdad es que después del duchazo que me doy ya me despejo y afronto el día con positividad. No me gusta escuchar quejas, prefiero echarme unas risas. Y cuando llegan las vacaciones, viva la vida!
ResponderEliminarMuy buena entrada, tengo que volver por tu cayado porque veo que has estado muy fecundo en este otoño
de momento te dejo aquí un abrazo de buena semana, amigo Ernest
Interesantisimo!! senti por momentos un deja vu y sonrei, afectuoso abrazo!!!
ResponderEliminarSi, hermano, todos los vagones llegarán a tiempo a la estación...Así lo ha dispuesto el Gran Maquinista
ResponderEliminarPaz&Hermandad
Isaac