domingo, 29 de diciembre de 2019

Con el «reloj» en la mano…

¡Qué risueñas. Qué tarde, de finales de verano, tan plácida!

Termina un año y empieza otro… Y sin embargo esto no deja de ser una creación humana. ¡Cómo tantas! Unas buenas, otras no tanto, y otras, mejor no haber creado.

¿Cómo que una creación humana? ¿Acaso el año no se divide en días, meses, cuatro estaciones, etc. Y éstas marcan los distintos ciclos por los que pasa la vida… Y así de principio a fin?

Bueno, podría decirse que tiene usted una visión de las cosas algo… ¿cómo decir… romántica, simplista?, por calificarla de alguna manera.
Si me permite, y empiezo por el final, no hay tal «principio» a «fin». Todo es una continuidad… (también por calificarla de alguna manera).
No hay «espacio», no existe el «tiempo». No como lo imagina… (de hecho, y puestos a imaginar, hasta a usted mismo imagina…).
¡No hay tales cosas!
Solo hay ELLO.
Permítame otra referencia… mundana:
La Biblia. Pablo. Hechos 17: 28. “...porque en él (ELLO) vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser...”

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Viajando desde León al País Vasco, años ha, pasé cerca de un pueblecito a cierta distancia de la carretera. Entre medias, había un grupo de mujeres que, en medio del campo y en pleno invierno, y el consiguiente frío a pesar de ser un día soleado, lavaban la ropa en lo que parecía un lavadero.

O sea, un pequeño pueblo perdido entre campos de labranza, un lavadero municipal, que ni tan siquiera se encontraba en dicho pueblo. Se apreciaba una distancia de, tal vez, unos doscientos metros… un grupo de mujeres, con las mangas arremangadas, y, podía apreciarse, en animada charla y risas.

Reconozco que fue una imagen entrañable y gratificante (las estoy viendo…) del comportamiento humano en su más natural expresión. Corría el año de 1972.

Esas imágenes, de lavar la ropa a la orilla del río, las vi en Santa Marta del Tormes (Salamanca) en 1964, en pequeños lavaderos de pueblos, Noia, (Galicia) en 1998, o en los lavaderos de pila que había en las casas, en la mía de Madrid desde siempre, 1960 en adelante, hasta la compra de la primera lavadora, es un reflejo gráfico del «paso del tiempo».
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18 comentarios:

Alfred dijo...

El tiempo pasa y las costumbres cambian, las caras y las risas siguen.
Un abrazo y Feliz Año.

maria cristina dijo...

Y había esa sencilla felicidad de la tarea cumplida, un abrazo Ernesto!

esteban lob dijo...

Lo suscribo, estimado Ernesto:
"Solo hay ELLO".

Ya sea por "continuidad" o no, te deseo junto a los tuyos, un muy buen 2020".

Manuela Fernández dijo...

Científicamente no existe el tiempo, mundanamente sí y es inexorable. De ahí que intentemos vivirlo de forma responsable y disfrutar lo más posible. Te deseo un 2020 extraordinario.
SAludos.

Elda dijo...

¡Ay qué ver!, que decirte. Hay noche y día y eso no es creación humana. En fin, otro año más que ha pasado por tu piel, jajaja. Dime que no, que es una creación tuya, :))).
Un abrazo grande y un año esplendido te deseo.

Susana dijo...

Es una bonita imagen ya olvidada. Un beso

⟴Ricard dijo...

Que la forma de medir el tiempo es una invención humana, no es discutible. Ahora bien de eso a decir que el tiempo no existe y además el espacio tampoco, no se puede hacer si cargarse un montón de ecuaciones matemáticas que resulta que funcionan.
Pero vamos, si lo dice la Biblia, aqui yo ya me callo.
Jajajajaja!!!

Juan L. Trujillo dijo...

Como materia que somos, ocupamos un espacio, luego si existimos, existe.
Además somos finitos, por lo que nuestra vida es medible, por lo que el tiempo es necesario.
Otra cosa es la forma de medir ambas ideas, lo que no es óbice para su existencia.
(La tarde ha devenido en filosófica.)
Un abrazo.

AMALIA dijo...

Me encantan estas fotos antiguas.
Feliz año 2020.
Un abrazo.

lunaroja dijo...

La imagen es maravillosa. Sabes? Como viví siempre en Buenos Aires hasta el año 83,nunca había visto este tipo de "lavaderos" El primero que vi fue (ya en desuso) en un pueblito de montaña aquí en la isla de Gran Canaria (ya no se usaba) Y recuerdo que me contaban como mi suegra y sus hermanas se iban a lavar la ropa, tal como aparece en la fotografía en sepia que cuelgas.

Esos días, eran de presente absoluto creo yo. NO existía la prisa,el apuro, la presión. Todo transcurría más lentamente. Así recuerdo yo los días de mi infancia. Conectada totalmente al momento.

Estoy aprendiendo mucho acerca del "sueño" Confieso que me aturullo bastante,pero en algún punto,sé que lo sé.

Un abrazo y un feliz feliz fin de año!
Abrazo con todo cariño!

Rita dijo...

¡Qué tiempos los de lavar la ropa a mano! En casa había una pila y una tabla de lavar, lo recuerdo de muy niña. Luego hacia finales de los años 60 o principios de los 70( no lo recuerdo bien) entró la primera lavadora que nada tenía que ver con las actuales. Parece que hubiera pasado más de un siglo...
Feliz Año Nuevo. Un abrazo, Ernesto

Mari-Pi-R dijo...

Dentro de los inconvenientes había una felicidad en ellas, cosa que hoy muchas veces no se ve en los rostros de las mujeres ya que están siempre agobiadas por tantos compromisos.
Tiempos duros y buenos.
FELIZ 2020

mariarosa dijo...


Que buena instantánea, las caras de felicidad encantan de solo verlas.
Dices que era invierno y las veo livianas de ropa, con solo sus vestidos, semejante trabajo a todo pulmón, les deba el calor necesario.

Me asombra que lavaran en el río y en la década del 70.

mariarosa

Margarita HP dijo...

Hola Ernesto, es una imagen que provoca recuerdos. Yo no lo vivi en persona, pero mi madre sí. Nosotros teníamos una pila, pero en casa. Recuerdo el lavadero de madera y después, la pila de cemento, que si no tenías cuidado te rompía la ropa, ja ja.

¡Qué de tiempo!

¡Besos! :D

Carmela dijo...

Feliz Año Nuevo, Ernesto!!!!
Un fuerte abrazo

Y que el tiempo nos sea amable :))

Laura dijo...

Es que tu no sabes el calor que tiene una cuando hace faenas de la casa...
Se suda hasta en invierno.
😊
Besos y abrazos.

virgi dijo...

Sí, recuerdo imágenes similares, Ernesto. Con mi sonrisa , te vuelan mis mejores deseos para este año que se acerca, que te sea saludable, cariñoso, ilusionante. Abrazo bien grande.

Alís dijo...


Me encantaba de niña lavar la ropa en el lavadero del pueblo. Era una de mis actividades favoritas en aquellos veranos en la aldea (que tan vieja no soy).

Es cierto, sólo es un día más (también una invención humana) e igual no quiero dejar de pasar a desearte un feliz 2020 para ti y tu familia

Un abrazo enorme