...de
la vida!
Puede
asemejarse nuestra vida al trayecto de un tren.
Emprende
su viaje en el mismo momento en que llegamos a este mundo. Todos
salen de la misma estación y con el mismo destino. ¡Llegar al
final! (Final que nada tiene que ver con la fecha de partida.)
¡Las
vicisitudes del mismo, ya son otro cantar!
Si
tuviese que fraccionar de manera general el trayecto recorrido hasta
ahora en la vida de muchos, lo haría en tres tramos. Yo ya estoy en
el tercero… Entré “ayer”. Quien no lo esté, o no se sienta
ahí, ¡estupendo! Puede servirle lo que sigue de guía. Bien para
conocerlo, bien para evitarlo.
El
primer tramo iría desde el nacer hasta esos momentos en los que
empiezas a trabajar, te casas, hijos, etc. El segundo podría
abarcar desde esas fechas y eventos hasta los…
Ufffff…
¿Hasta dónde? Puesto que nada tiene que ver esto con edad alguna, y
sí con etapas en la vida, podríamos situarlo en… pocos años
antes de jubilarte. ¿Esos 60/64? Más que nada porque en este tramo,
habremos vivido/cometido todo tipo de experiencias… A algunas las
llamamos “aventuras”, de todo tipo, y a otras “errores
cometidos”.
El tercero, no tiene límite... Y puesto que muchos están/estamos en él, ver venir!!
Hay uno que, sino tramo, sí una manera distinta de vivirlo.Y es el que abarca a quienes han transitado el segundo de una manera tibia. No tanto en línea recta como sí en un ligero vaivén sin mayores sobresaltos.
El tercero, no tiene límite... Y puesto que muchos están/estamos en él, ver venir!!
Hay uno que, sino tramo, sí una manera distinta de vivirlo.Y es el que abarca a quienes han transitado el segundo de una manera tibia. No tanto en línea recta como sí en un ligero vaivén sin mayores sobresaltos.
Recordad
que en la parábola del Hijo pródigo, el más pequeño pidió su
herencia al padre. Y la dilapidó viviendo perdidamente… Y
cuando se le acabó, regresó a la casa paterna. Y su padre celebró
una gran fiesta por este regreso. Ocasionando un gran enfado en el
hermano mayor, quien no se había salido, nunca, del camino
establecido.
Me gusta la comparación, el ver la vida como un viaje en tren. Como me gusta pensar que está bien, y es hasta necesario, 'salirse' del camino, desafiar límites, romper reglas... para crecer, para llegar a esa tercera etapa con serenidad.
ResponderEliminarMe gustó la reflexión de hoy, o mejor dicho, la que provocó en mí tus palabras. Y la música que acompaña muy acorde.
Un beso.
La comparación es buenísima y yo también añadiría que el trayecto de la vida es según el tipo tren en el que te toca subirte.
ResponderEliminarReflexionemos.
Creo que en esa segunda estación del viaje, estamos en condiciones ya de salirse del carril, explorar otros caminos. A veces no nos lo permitimos desde la conciencia y otras no nos lo permitimos porque es tan fuerte el mandato que ni siquiera te lo planteas.
ResponderEliminarHermoso viaje Ernesto.
Un abrazo.
Ahora sí lo he pillado, ya veo que el tren sigue en marcha pero se ha parado un momento para que pueda dejar mi pequeña huella.
ResponderEliminarPara mí el tren partió hace tanto que ya nadie se acuerda de donde partió, simplemente es un tren que circula en el que el pasaje sube, recorre un trayecto y se baja, coincides con gente durante untiempo y luego unos bajan y otros siguen, que normalmente sol los últimos que han subido.
Un abrazo Ernesto.
Me dejas reflexionando, yo voy en mi tren gozando y sufriendo en cada estación ..... atrás quedan muchas cosas pero se que otras encontrare en mi camino. Saludos amigo Ernesto.
ResponderEliminar
ResponderEliminar¿Tú sugieres, entonces, que debemos salirnos del camino?
jajajajaja. No, verdad, que tú no sugieres.
Digamos que hay formas más divertidas que otras de transitarlo, y también que de nosotros depende divertirnos o no con los que nos "toca" o elegimos.
Un abrazo grande
El tren sigue su recorrido parando en cada estación, unos bajan y otros no ya que depende del destino indefinidido de cada cuál.
ResponderEliminarLas estaciones pudieran ser los años, los meses , las semanas, los días...
De momento traspasamos la parada de abril.
¡Hola Mayo!
Pero habrá paradas donde podamos bajarnos del tren, no?, toda una vida sentada en él, me moriría!!
ResponderEliminarPrefiero pensar, que todos llegamos en un mismo tren, y que al final, en otro, llegaremos al destino final. Pero entre medias, cada uno se baja en diferentes estaciones y tarda ,más o menos, en volver a montarse en el tren.
Mee gusta viajar en tren.
Un abrazo, Ernesto.
El tren de la vida, mi querido Ernesto. Un tren que nunca sabes cuántas paradas hará, ni dónde. Pero ahí está lo divertido de la cuestión. Lo mejor, viajar junto a quien quieres, y si no puedes hacerlo, intentar que en una de esas paradas se suba al tren.
ResponderEliminar¡Me ha encantado!
Besos amigo mío :D
Hola desde la tercera fase, creo. Padres hay muchos y de muchos estilos, el de la parábola es un padre paciente, el hermano, un hermano egoísta, el que vuelve, un fresco aprovechado jajajajajajaja, oye, pues sí, qué quieres que te diga...Eso viendo el tema en plan jueza, ya si me pongo en plan mística te diría que vivir y dejar vivir es lo mejor, porque, ¿Qué sabe uno del caminar del otro? Pues eso. Muy buen domingo, no camines mucho que el desescalado hay que hacerlo paulatinamente, no vayamos a fastidiar esta tercera fase. Abrazos amigo.
ResponderEliminarEl viaje en el tren de la vida suele ser duro para la mayoría, dividiéndolo en esas tres etapas la primera debería ser la mejor, es la de nuestra niñez y juventud, cuando tenemos muchas ilusiones, en la segunda etapa nos encontramos con la dureza de la vida y lo que pudo ser y no fue, y la tercera es la de la paz y el sosiego, donde ya esperamos poco, pero tratamos de aprovechar mejor el tiempo de ocio. Puestos a elegir y visto lo visto me que do como estoy.
ResponderEliminarAbrazo Ernesto.
Uno de tus temas llamó mi atención porque me puse a pensar en eso hace unos días a raiz de algo que vi en una película. Y es lo de llamar "errores" a alguna aventura que alguien vivió. Se me ocurre que resulta una falta de respeto para la otra persona en cuestión, porque si el otro/a fue honesto/a en sus sentimientos, ¿en qué lugar la deja ese calificativo? Deberíamos ser honestos también y decir que nos permitimos salir en un momento de una relación para ser infieles porque alguien más nos interesó, eso es lo más humano. Y lo Caín y Abel me molestó por mucho tiempo, en fin, un abrazo Ernesto!
ResponderEliminarNo se si el destino es la muerte, la experiencia, la plenitud espiritual o la tranquilidad de la conciencia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuando hice mi primer viaje los billetes eran de cartón, los picaba el revisor con unas tenacillas y las carbonillas se metían por los ojos.
ResponderEliminarAhora te ayudan solicitas azafatas, te dan refrescos y la prensa y suelen ser puntuales.
De manera que no me quejo. El trayecto ha merecido la pena y pienso disfrutar del resto del viaje.
Aunque me lo pongan dificil.
Un abrazo.
Yo prefiero el tren de la bruja... es más divertido 😉
ResponderEliminarjajajjaja
Estás de largo recorrido?
Buena comparación...
Un abrazo.
ResponderEliminarEs un poco difícil desde el inicio del viaje,
pues habra muchos que no continúan y se bajan
antes de tiempo, mientras otros siguen en el tren
y disfrutando, pero uno se queda pensando donde
terminara mi viaje, un gusto visitarte.
Besitos dulces
Siby
Es una buena comparación.
ResponderEliminarCada etapa, una estación. Un recorrido por la vida.
Un abrazo. Buen día.
El símil del tren es bien bonito. Tantos pasajeros en la vida, unos de paso otros siempre a la verita. Paisajes preciosos y otros más feos, todos grabados en la retina. Hasta el revisor cada año con la campaña de la renta jaja
ResponderEliminarNo sabemos la estación final, así que lo mejor que podemos hacer es ponernos cómodos e intentar disfrutar lo máximo posible del viaje.
(Decías en mi post de hoy que si le doy tanta caña a los amigos. Noooo yo soy tranquilita, es una arenga a mis hormonas para que espabilen :) Encantada de tomarme un café contigo algún día.
Besitosssss
Una buena metáfora ese viaje en tren, y lo más importante es disfrutar de cada parte del trayecto, la vida se ha de disfrutar y no pasar de puntillas por ella.
ResponderEliminarLa música con la que has acompañado la entrada me ha parecido preciosa aunque me ha puesto un poquitin melancólica.
Besos
Ha desaparecido mi comentario.abrazos
ResponderEliminarA mi lo que me gustaría saber es a donde nos lleva el tren! No al final que eso lo sabemos ya sino durante el recorrido...te imaginas saber la paradas donde deberías bajar y donde no para ser feliz?
ResponderEliminarSalirse del camino marcado implica unos riesgos y a cambio ...libertad y conocer. Para mi no hay duda posible.
ResponderEliminarFeliz nueva etapa, Ernesto; disfruta de las vistas, viajar en tren es maravilloso, y deberíamos haberlo hecho más.
Un abrazo
Buen paralelismo. No hay manera de saber si el viaje se nos hará corto o largo, si el trayecto resultará grato, o no, según los pasajeros vecinos que nos toquen en suerte. ¿Veremos algo interesante por la ventanilla? Y si lo vemos, ¿será posible detenernos?
ResponderEliminarHola Ana.
ResponderEliminarPor la ventanilla veremos la ola de vida en la que estamos inmersos, el mundo que nos rodea. Y en el propio vagón, nuestra propia Conciencia, nosotros mismos, interactuando con ella.
Detenerse no es posible! No está en el guión! ¡Nunca nada se detiene! Pues "nosotros" nunca estamos/somos lo de afuera... Somos lo de "dentro" interactuando...
Abrazos.
ResponderEliminarAsí es Ernesto, la vida es un viaje. Yo también estoy en el tramo donde sólo queda una estación infinita, pero estoy preparada para cuando el tren pare bajarme o subir serenamente. Un abrazo.
He borrado tres veces mi comentario y es que tu entrada de hoy da para una mesa redonda, pero me limito a decir que yo veo que las etapas de la vida es como el reloj, algo inventado por nuestra mente para racionalizar los acontecimientos vividos.
ResponderEliminarSAludos.
ResponderEliminar,,,en resumen un vaje por caminos inciertos, a veces imprevisibles, en el que nunca sabes, ni donde ni cuando vas a llegar.
Abrazo, Ernesto.·
Abordamos este tren sin saber el destino,haya estaciones en las que me hubiese gustado detenerme y disfrutar para siempre esos momentos, pero se tiene que continuar el viaje y conocer cada etapa y estación.
ResponderEliminarTe encanta ponernos a reflexionar.
Saludos y abrazos.