El dedo no es mío... |
Un pequeño caracol llegado en una coliflor cultivada sin química en las huertas del valle, apareció un día entre sus hojas al ir a limpiarla bajo el grifo. No era el primero. Y como a los anteriores, se le dejó sobre la barandilla exterior de la verja que protege una de las ventanas de la casa, un segundo piso.
Los otros desaparecieron al cabo de unas horas pared arriba pared abajo… Pero este diminuto se bajó por los barrotes y se instaló tras uno de ellos. Le vemos cuando nos asomamos a la ventana, pero a él no le ve ningún pájaro que pudiese comérselo.
A fuerza de tenerle como “huesped”, silencioso e impasible eso sí, he empezado a considerarle “sabio”… Bueno, no sabría decir si él es el “invitado” o nos ha “adoptado” a nosotros.
Le observo, o más bien le sé ahí siempre sin inmutarse. No tiene en cuenta, no parece, el día de la semana que es. Tampoco parece preocuparle el tiempo, ni el que hace ni el que pasa. El devenir social, la ebullición política, las derivas económicas, el precio del pan, las audiencias de la tv, los millones de seguidores de los "youtuber", etc. Nada de lo que sucede fuera de su concha parece afectarle.
Y me pregunto, más allá de la simpleza de cuestionar el mundo a través de un pequeño caracol durmiente, si no es el ser humano el que se complica en exceso su vida.
El dedo no será tuyo pero el caracol parece que te adoptó.
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Un abrazo Ernesto.
Así es amigo mío. Llevan su casa a cuestas, sí, pero también todo su mundo. Deberíamos aprender mucho de ellos, al menos, de la simpleza, y de lo hermoso que es aligerar la carga.
ResponderEliminarBesos amiga mío.
Por cierto... creo que el caracol os ha adoptado a vosotros :D
¿Tiene el caracol inteligencia?
ResponderEliminar.
Mis mejores deseos para un feliz sábado... saludos poéticos
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Pensamentos e Devaneios Poéticos
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Muy bueno lo que nos cuentas, pero me queda una duda: ¿Dequé se alimenta ahora el caracol?
ResponderEliminarAntes vivía en un coliflor que seguramente lo alimentaba, y ahora?
mariarosa
Leyendo la vida de tu caracol, Ernesto, no sabes cuanto me ha recordado la mía en la actualidad y quien sabe la de no sé cuantos otros que también se aplicarán un modo de vida parecido.
ResponderEliminarQuizás no sea tan diferente ser caracol de barandilla, hoy apenas hay diferencia en otras vidas.
Un abrazo, sincero y especial, Ernesto.
Es precioso Ernesto. Ahora que eso de que vive tranquilo, sin preocupaciones nop, seguro que no, porque todos somos presas de depredadores. Los humanos no nos complicamos la vida, sino que la vida es complicada. Creo... :)))
ResponderEliminarY al igual que mariarosa también me ha quedado esa duda, ¿de qué se alimenta ahora?
Un abrazo Ernesto. (Tienes un huésped precioso)
Bueno, amigo, ya se sabe, pensamos, luego nos complicamos la vida... Es cosa sabida...
ResponderEliminarFeliz domingo
Dado el interés que parece que ha despertado el pequeño "huesped", ¿qué hace, qué come, de qué vive, qué piensa?... :))))))), intentaré decir algo al respecto. Si satisfago curiosidades, ¡chapeau! Si no fuese el caso, tendréis que adoptar uno en casa y entablar conversación con él. Os aseguro que tanto si dice algo como si permanece en silencio, sus lecciones de vida son de interés.
ResponderEliminar.- Mari Carmen Polo:
Su "sabiduría" radica en lo que tú misma señalas: ¡viven, simplemente!
.- Alfred:
Si todos los "huéspedes" que puedan aparecer por casa son como éste, sencillo, natural y sin dar guerra, ¡bienvenidos!
.- Margarita:
Si bien es cierto que llevan su casa a cuestas, carecen de desván y mochila... "Engendros" mentales y emocionales en los cuales los humanos almacenamos infinidad de cosas inútiles.
Sí, deberíamos aprender mucho de ellos.
.- Ricardo:
¿Te refieres a la inteligencia tipo ser humano viviendo en su propio mundo caótico? No parece ser el caso de este pequeño caracol.
.- Mariarosa:
Los caracoles hibernan en invierno. Se quedan adheridos a cualquier parte, sellando su concha por el interior para no perder humedad. No necesita alimentarse ahora.
.- Enrique:
Ves amigo, por eso mismo resaltaba yo su natural "sabiduría"... Observarlos es aprender. El problema parece ser que no tenemos tiempo para ello. Empeñada una gran parte de la humanidad en desfacer tanto entuerto como es capaz de crear.
.- Luz:
Tranquilo tranquilo ya te aseguro que éste vive. "Pre"-ocupación no le conozco ninguna, pues le veo ocupado en su día a día, ¡impasible!
Sobre que los humanos no nos..., y que la vida es... :))))))), permíteme: Cuándo observes que un río fluye turbio, y sabes que el agua en su estado natural es cristalina, sabes que la turbidez es la consecuencia de los "añadidos" que arrastra...
Tal cual el ser humano cuando se enreda en las mil vainas sin mayor sentido que pululan/crea a su alrededor.
.- Ildefonso:
Pensar es natural y necesario... Hacerlo en "exceso" creando metas inalcanzables, e inútiles, suele ser patrimonio del ser humano. En parte. De este pequeño caracol, y por extensión de la naturaleza en su conjunto, ya te digo que no.
Fuerte abrazo a todos. Bonito finde!
Cumplido, ordenado y amable. Eres una persona especial, Ernesto.
ResponderEliminarAh, esa música ... extraordinaria.
El invierno te trajo un invitado que no te da ningún trabajo, no tenés que prepararle té o café a algún cóctel, ni darle habitación ni comida. Un lujo! Y Enrique me recordó escuchar la música, una bella intérprete con una hermosa voz, gracias Ernesto, un abrazo!
ResponderEliminarNadie puede saber si un pequeño caracol puede pensar en algo, pero no se si estará conforme en el exterior de una ventana, quizás intuya la altura y se ha dado por vencido.
ResponderEliminarUn abrazo Ernesto.
La sabiduría del instinto.
ResponderEliminarLa fluidez de la vida de los seres vivientes (no humanos ) que "saben" por decirlo de alguna manera.
Me ha fascinado tu relato.
Me pasó lo mismo con una pequeñísima lagartija que llegó entre unas verduras... la dejamos en una maceta, le puse un cachito de manzana,pero, ella, se fue. No me dejó tiempo a sentir qué se siente.
Un abrazo.
Pues no lo dudes, somos nosotros quienes nos complicamos la vida.
ResponderEliminarSomos nosotros sin duda alguna. Saludos Ernesto.
ResponderEliminar.- Cristina:
ResponderEliminarPara invitados así, ¡puertas abiertas!
Claro que para los que llegan con un pan debajo del brazo... pues también!
.- Matías:
Que tienen algo, pensamiento, instinto, "sabiduría", sin duda. Para lo que les dé ya es otra historia.
Claro que si para su mundo natural les sirve, y no cabe duda que les sirve, ¡chapeau!
El quid de la cuestión es qué hace el ser humano, en su conjunto, con su capacidad de pensar, "sabiduría", etc. ¡Mayormente liarla!
Otra cosa es lo que le sucede individualmente. Que en sí, cada uno, un Universo... sin relación con los "demás".
Ya lo del vértigo... :))))))... Para comentar tomando un blanco en Madrid. Si alguna vez bajo.
Chao.
.- Luna:
La "Sabiduría" es! Es consustancial con todo. ¡TODO!
La tiene el recién nacido... Si bien no le sirve, todavía, para aportar mucho a la "sociedad de consumo".
Seis meses después esa misma sabiduría inicial se habrá engrandecido. Ya era sabiduría al nacer, ahora es otra cosa. Adquiere otras formas y consigue otros logros. Con 21 años aquella misma sabiduría seguirá evolucionando...
Por poner un ejemplo de "Sabiduría" natural, puede decirse que ella ya existe en la bellota. Plantas la bellota y surge un roble o encina... Con el tiempo adecuado, en esos dos árboles empiezan a florecer miles de bellotas. ¡La "Sabiduría" natural se manifiesta!
¡Ni se queda corta ni se pasa! ¡Guion establecido!
¿Pero qué sucede con la "sabiduría" del ser humano?
???
.- Tracy:
¡Tal cuál!
.- Sandra:
¡Algunos! No todos... :)))))))
De nuevo un abrazo a todos. Empieza una semana espléndida. Solo hay que saber vivirla!
Pienso que somos nosotros los que nos complicamos la vida demasiado. Si el caracol está en los barrotes me imagino que se desplazará hasta alguna planta para comer algo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí que nos complicamos la vida.
ResponderEliminarSeguro que ese caracolito es feliz.
Felicidad te deseo para esta semana.
Un abrazo.
Llevas mucha razón Ernesto, por supuesto que nos complicamos la vida con sandeces, somos los humanos los únicos que además de ser seres racionales en este maravilloso planeta, somos capaces de complicarnos la vida mucho más allá de la realidad imaginable, algunos, hasta lo necesitan para ser felices.
ResponderEliminarUn abrazo y buena semana.
Muy de acuerdo, Ernesto, nos complicamos en exceso, con lo bien que estamos con una vida sencilla, pero así somos los humanos, dispuestos a buscarnos líos innecesarios.
ResponderEliminarMe encanta ese dedo con el delicado caracollillo, mímalo, se lo merece en este mundo tan agresivo con la Naturaleza. Abrazos y más abrazos.
Qué tierno. En mi primera niñez esperaba siempre con ansia las verduras que traía mamá, siempre habían gusantos, caracoles y mi hermana y yo los cuidabamos, nos gustaba contemplar toda clase de insectos, a veces se nos morían y era una tragedia. En aquel tiempo casi éramos como ellos, ajenas a toda complejidad o problema. Bonito tu relato. Un abrazo.
ResponderEliminarQué pequeñito y estupendo se ve el caracol. Pienso lo mismo, tendemos a complicarnos mucho la vida. Eso de ser más racionales que el resto de los seres vivientes (eso tengo entendido) tiene su lado desfavorable, hay que pagar un precio por todo, hasta por lo más básico, agua, alimento... en eso salimos perdiendo con respecto al resto de la vida en nuestro planeta.
ResponderEliminarReivindicar la sencillez es una idea genial, andamos muy cargados de superficialidades creo yo, la vida puede ser más sencilla.
Te mando un besito Ernesto.
.- Conchi.
ResponderEliminarEl caracol duerme su hibernación. Tal como la vida interior de los árboles "duerme" la suya hasta la primavera.
.- Amalia.
Gracias por tus buenos deseos... a mí! Pues el caracol desconoce esas valoraciones humanas. Que a la postre, creo, son las que conllevan alteración de ánimo. Ahora feliz, ahora desgracia!
.- Juan. (unjardin...)
Cierto lo de algunos que lo necesitan... ¡Puede que la mayoría! :))))))
.- Virgi.
La "sencillez", otro término humano para señalar lo "natural" de la Naturaleza, es la guía de la vida...
.- Maru.
En aquellos tiempos, amiga, éramos ajenos a muchas cosas superfluas. Ya luego la "educación", la "religión", las reglas "sociales", etc., nos fueron "moldeando".
Que a día de hoy sigamos "moldeados", ya no es cosa del pasado. ¡La responsabilidad es enteramente nuestra!
Y si bien no es "fácil" el cambio, la corrección, ¡es sencilla!
¡¡Querer!!
.- Ana.
La "racionalidad", si bien es un valor de consumo, en una sociedad de "consumo", en sí es un hándicap!
Al pasar todos los aspectos del mundo, la mayoría, por el filtro de la "racionalidad", se queda en ella todo lo natural y auténtico.
Saliendo al "mercado" un producto asumible, social, económinco, político, etc. Una especie de "cromo" como los que coleccionábamos antes. Colorido y estático! Sirve para poco, realmente, pero rellena páginas de modernidad.
Un placer compartir tiempo y espacio, y abrazos, con tan buenas/os amigos/as.
Hola Ernesto, me ha hecho reir esa adopción que ha hecho de ti el caracol, realmente los animales por bobos que parezcan algunos mira si son sabios, que eligen la persona idonea que los dejará vivir en paz....
ResponderEliminarMe ha gustado leerte, ya veremos sus progresos y en todo caso tendremos que buscar alguno que nos adopte a nosotros
Un gran abrazo amigo mío
Carmen
Creo que la respuesta a tu pregunta, aún si es retórica obviamente, sea sí. Por la mayor parte del tiempo o la mayoría de las veces, el ser humano se complica la existencia, sin dudas.
ResponderEliminarA presto... :)
Alma.
ResponderEliminarSin duda se la complica!
Nos vemos pronto! Ciao.
No lo dudas. Yo tampoco. El ser humano es un ser más complejo que un caracol, su “riqueza” (si se lo puede llamar así) física, psíquica y emocional es mucho mayor que la de un caracol. Pero es indudable que el ser humano se complica la vida innecesariamente y a todos lo niveles. No hemos madurado conforme a la complejidad de nuestro cerebro. Nuestra alma sigue siendo igual pero nuestra mente ha pasado a ser hegemónica en la decisión sobre uso del tiempo y prioridades. Y la mente del ser humano es una mente un tanto enferma. Eso es lo que proyectamos a nuestro alrededor y lo que está matando a nuestro planeta.
ResponderEliminarNo podríamos ser caracoles, aunque quisiéramos, pero si podríamos simplificar nuestras vidas, pensar mucho más en vivir y dejar vivir, y no hacer tanto daño a nuestro alrededor.
Y espero que sea así.
Has traído un buen tema de conversación y reflexión, de esos que sirven para hacer autocrítica.
Un fuerte abrazo!!!
ResponderEliminarNo hay manera de dejar de complicarnos la vida aunque lo intentamos, Ernesto; al menos en mi caso, pues la experiencia sí que suele servirnos para no caer en errores ni lamentos.
En cuanto a los regalos qué bien lo has explicado tú, amigo, con esa manera tan franca y clara de escribir sin mayores e innecesarios adornos.
Me agradó mucho recibir este regalo, créeme, me lo quedo luciendo un rato en el corazón.
Un abrazo.
Siempre me fijo en el comportamiento animal, y sí, Ernesto, los humanos deberíamos aprender de ellos.
ResponderEliminarOye, Ernesto, y ¿ya le das un poco de lechuguita? para que tenga fuerzas para bajar los dos pisos y buscarse la vida.
Un abrazo,
La lechuga era fresca y comestible, sin duda. Si un caracol se la come, es que está buena.
ResponderEliminarSalu2, Erneso.