GRITAR PARA QUEDAR A SALVO... E INCÓLUME
Una vez llegó un profeta a una ciudad con el fin de convertir a sus habitantes. Al principio la gente le escuchaba cuando hablaba, pero poco a poco se fueron apartando, hasta que no hubo nadie que escuchara, las palabras del profeta.
Cierto día, un viajante le dijo al profeta: «¿Por qué sigues predicando? ¿No ves que tu misión es imposible?». Y el profeta le respondió:
«Al principio tenía la esperanza de poder cambiarlos. Pero si ahora sigo gritando es únicamente para que no me cambien ellos a mí».
Anthoni de Mello. El canto del pájaro.
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Las voces del desierto.
MARLO MORGAN.
Concordo na íntegra
ResponderEliminarCumprimentos
Cabezadura el hombre... o sabio! Un abrazo Ernesto!
ResponderEliminarParece que no hayas dicho nada, pero no, has dicho mucho, Ernesto.
ResponderEliminarConstancia, fe ... y obstinación en no perder los propios valores al diluirlos en una sociedad que no escucha, ni quiere hacerlo.
Como diría un adolescente murcianico de hoy: "¿Eso qué é lo que é?
Un abrazo fuerte.
No hay peor loco que el que está convencido de ser el cuerdo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ernesto:
ResponderEliminarmuy seguro debe estar de sus creencias.
Salu2.
Texto muito interessante que muito gostei de ler.
ResponderEliminar.
Saudações poéticas
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Pensamentos e Devaneios Poéticos
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Absolutamente!
ResponderEliminarAunque sea uno solo , habrá una chispa de conciencia.
Abrazo.
The last stand. :)
ResponderEliminarAsi es, el ambiente y las palabras que caen como gotas, nos puede convencer de lo que no queremos y hasta de lo que no creemos.
ResponderEliminarmariarosa
¡¡Un nuevo TIMO TIMO navega por la red!!:
ResponderEliminar¡Rara!... dice:
Thanks for sharing (Gracias por compartir)
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Solemos cambiar nuestra actitud en función de las reacciones de los demás y ello nos conduce por un camino sombrío en el cual nos perdemos de nosotros mismos, de nuestras convicciones. No es fácil, por eso hay que seguir “gritando” nuestra verdad, así sea a solas, no importa. Somos frágiles en ese sentido porque nos sentimos más seguros cuando “pertenecemos” y para hacernos fuertes, luchar por lo que creemos, debemos constantemente surfear las olas de la inercia, de los opuestos y de la indiferencia.
ResponderEliminarUn saludo afectuoso para ti amigo. Tus entradas siempre nos aportan una valiosa reflexión. Paty
Tiene mucho sentido. Si somos "buena gente" nada ni nadie debería cambiarnos. El problema viene en que todos creemos ser buena gente.
ResponderEliminarSAludos.
Por qué esa necesidad de cambiar a los demás como si la única verdad fuera suya...
ResponderEliminarUn abrazo Ernesto!
Pues no debería estar muy seguro de sus creencias cuando seguía predicando en el desierto para que no lo cambiaran a él. La actitud más noble hubiera sido tal vez la de hacer un examen exhaustivo de sus principios. Es posible que hubiera descubierto que no estaba en posesión de la verdad, de toda la verdad.
ResponderEliminarAsí lo he visto yo.
Un abrazo,Ernesto.
Ernesto convertir suena a peligroso porque nadie tiene la verdad absoluta, y a veces ni teniendola se quiere escuchar, al menos que el profeta se mantenga en aquello en lo que cree.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy buen relato Me quedé pensando en las palabras de ese profeta...
ResponderEliminarSaludos!
Pienso que somos libres de predicar o no, lo importante es ser uno mismo con independencia de la reacción de los demás y no meternos demasiado en el papel de predicadores.
ResponderEliminarBesos!!