martes, 20 de junio de 2023

...el testigo.

 


Hoy son los truenos, algo lejanos pero insistentes, los que acompañan esta tranquila mañana. Y, cómo no, el sempiterno canto del mirlo posado sobre la chimenea del tejado de enfrente. La lluvia todavía no ha hecho acto de presencia... Abro la ventana para oírlos mejor.

El primer relámpago con trueno incluido acaba de producirse… Creo que la tormenta se acerca. Enciendo la luz. La oscuridad que se ha creado en un momento no permite ver bien las teclas.

Un segundo relámpago con fuerte sonido ha dado pie a una fuerte caída de granizo del tamaño entre canicas y pelotas de pin pon. Lluvia torrencial y ráfaga de viento. Unos 10/12 minutos después todo ha ido apaciguándose… El mirlo ha vuelto, si bien sobre la antena de tv, y hasta el sol ha aparecido por la esquina de la calle.

Mi segunda taza de té marca la continuidad del día.

¿Es esto sinónimo de que “tras la tormenta siempre vuelve la calma”?

El canto del mirlo, al que ahora oigo pero no veo, así parece atestiguarlo.