miércoles, 22 de noviembre de 2023

... otro... otro...

 


El otro día leía en algún blog que alguien hacía referencia a los recuerdos de un ayer lejano, de cuando niño, su juventud. Aquellos años. Que, ciertamente, no son los actuales.

Me llamó la atención el hecho de que esa persona centraba sus recuerdos en lo que pudiera denominarse un “tramo”. Un “tramo” en el tiempo, un “tramo” en su vida… Algo concreto para ella. Aquí empieza, aquí termina.

Tramo. Dejas de estudiar y te pones a trabajar. Te casas, llega el primer hijo, otros. Estabilidad familiar, laboral, etc. (Queda claro que hablo de aquellos tiempos… Hoy los “tramos” no están tan delimitados). Entras en la madurez… Te hacen abuelo. Te jubilas… ¡La vida continúa!

¿Tramo a tramo?… ¿O todo fue un instante tras otro? Y lo que denominas “tramo” no es más que la recolección que haces de un ramillete de instantes que, con el paso del tiempo, denominas recuerdos.

Pudiera ser que toda tu vida no hubiese sido, ¡es!, más que la sucesión de un instante… otro… otro…

Y también que todas tus pre-ocupaciones y hasta tus miedos, cupieran sólo en este instante.

En este instante, y en el siguiente y en el otro, en esta natural pero desapacible mañana invernal, está lloviendo con intensidad, hace algo de viento, y bastante frío.