Primera taza de té… Nada que decir! O mejor, quisiera decir algo pero nada surge… ¡Nada trascendente! Tal vez si en lugar de estar sentado a la mesa me hubiese ido a andar, con el frescor de la mañana, no tendría necesidad de “decir algo”. ¡La vida me diría a mí! Pero, aquí sigo.
En la casa de enfrente se levanta una persiana… Conozco al matrimonio que la habita, jubilados ya, con su hijo… algo especial. El mayor ya no está. ¡La vida!
Un ruido “infernal” rompe el silencio de la calle… Me asomo a la ventana, sabiendo qué es, y observo como la máquina de la limpieza de las calles se aleja hacia otras zonas. Justo veo a una mujer joven, rubia, perderse corriendo, vestida para correr, por la esquina de mi calle… ¿Qué albergará su mente?
Segunda taza de té. ¡Ah!... Si las tazas de té hablasen. ¡Cuántas cosas contarían! Lo que ven, lo que oyen, lo que intuyen… Que también lo hacen, pues no siempre quien se sienta delante de una taza de té, o humeante café, tiene sus ideas aclaradas. Sus objetivos marcados. Su vida definida. Su futuro asegurado...
Una garza en vuelo lento cruza el cielo ante mí siguiendo el curso del río en sentido inverso…
Qué contraste el del mundo de las garzas en comparación al nuestro, las personas. En el solo hay naturaleza! ¡Las complejidades de la vida, las suelen crear nuestras mentes!
La garza, el vuelo, el río, los peces… Su único e inmediato destino. ¡Nada más hay! ¡Qué simple!
¿Alguien quiere cambiar su vida por la de la garza?
Llego a tomar una tazza de te y he disfrutado el relato muchisimo Ernesto, venia a darte las gracias por haber hecho posible espero a partir de ahora que puedan entrar libremente los comentarios a mi blog
ResponderEliminarpero el relato matutino, la sencillez con la que lo plasmas y ese deleite pacifico y libre de las garzas me ha encantado
Un abrazo gigantee y GRACIAS amigo
Creo que salir detrás de la garza puede darnos un panorama más amplio del que tenemos a diario, una buena idea, un abrazo Ernesto!
ResponderEliminarDisfruto de tu forma de grafiar lo que ves, lo que sientes. Leyéndote he recordado la letra de una vieja canción de Serrat que decía algo así: "Buscaba una canción y me perdí, en un montón de palabras gastadas. No hago otra cosa que pensar en ti. Y no se me ocurre nada".
ResponderEliminarLa garza, a veces, algunas veces, me gustaría tener o haber tenido, una vida como la que tiene la garza que ronda tu espacio visual. Quizás vaya en busca de esa rubia que ignora su destino y corre a buscarlo cada mañana.
Dos tazas de buen té y una mente limpia, fresca, que adora la sencillez de la vida, es tu don, amigo Ernesto. Envidiable.
Feliz domingo.
Reflejas una vida serena, tu carita también, ese espacio tan personal entre tus dos tazas de té y tu mirada, me hacen que sonría, observándote desde fuera.
ResponderEliminarGarzas he visto cuando voy a la playa, en Acapulco si bien recuerdo, iba a caminar antes del amanecer y cuando lo recibía, ellas estaban allí, cerca.
Un abrazo, Ernesto
Alguien me dijo alguna vez que observando la vida de los animales, veríamos como realmente se vive el presente.
ResponderEliminarNada los perturba.
Un abrazo!
Uma Garça que respira calma e tranquilidade. Bonita foto
ResponderEliminar.
Abraço poético
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Pensamentos e Devaneios Poéticos
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El amanecer de cualquier día.
ResponderEliminarMuy bonito.
Hola Ernesto, no, no quiero el cambio, no he nacido para ser garza, a pesar de lo dificil que es la vida, la amo,trato de vivir con lo que Dios me ha dado.
ResponderEliminarUn saludo.
mariarosa
Yo cambiar mi vida no la cambiaría, sí la ajustaría, pero estoy segura que si preguntamos a la garza, también ella quisiera ajustar su vida; quizás esté cansada siempre del mismo alimento, quizás quiera vivir en un paisaje distinto... En la vida hay que evolucionar, hay que reajustarla de vez en cuando y qué mejor que delante de una taza de té.
ResponderEliminarSAludos.
Ni hablar, Ernesto, la vida de la garza para ella, yo me quedo con mis incertidumbres, mis pocas certezas y algo de miedo al futuro. Nos lo están poniendo bastante negro. Me ha encantado leerte. En un par de días empezaré a dejar dibujos. Un abrazo
ResponderEliminarAh, como siempre, desde el móvil no sale mi nombre. Carmen Polo
ResponderEliminar¡Qué simpleza la vida de las garzas!, de las aves todas, de los insectos y, de los animales en general. Lo bello de todo es que dentro de esa aparente insignificancia contiene grandeza, porque ellos habitan esta tierra y la cuidan. Ninguno de estos aparentes simples animales destruyen ni obtiene ganancias monetarias.
ResponderEliminarMuy bonitos pensamientos.
Un gran abrazo.
Mi querido amigo, imagino que igual la garza también quiera ser humana, pero la verdad es que pienso que los humanos nos complicamos demasiado. Me gustaría ser una humana con dones de relajación de garza.
ResponderEliminarUn beso muy fuerte :D
Buenos días estimado Ernesto, la respuesta es sí, muchas veces quisiéramos ser un ave, una flor, una nube, una simple brisa… que tan solo es… sin cuestionamiento, sin miedos y… sin pensar en que alguna vez habremos de desaparecer.
ResponderEliminarEs bueno meditar sobre las complejidades del humano y que cada uno en mayor o menor grado, tenemos, para ir trabajándolas, con paciencia, con la sabiduría del corazón y con mucho amor por el “ser y el estar” aquí y ahora.
Con todos nuestros sentidos y ese potencial que a veces guardamos hay que honrar esto tan valioso que se nos otorgó: LA VIDA.
Te mando un gran abrazo esperando que tu día fluya libre y dulce, como esa taza de té. Paty
Muy bonita foto.
ResponderEliminarLa vedad es que prefiero seguir con mi vida.
Felices días.
Un abrazo.
Qué bonita la garza! No sé si disfrutaría tanto de lo visto siendo garza! Creo que no me cambio!
ResponderEliminarUn abrazo Ernesto
Amo y disfruto mi vida con todo lo que en sí tiene. No la cambiaría por nada ni por nadie.
ResponderEliminarEl simplificarla depende de mi.
Fuerte abrazo Ernesto y buen día.
The morning walk is gold for the body.
ResponderEliminarMás que ser una garza me gustaría parecerme a ella, o a otros animales en libertad que viven en paz. Las personas siempre tenemos en mente metas, responsabilidades... hay que ver cuanto cuesta relajarse y vivir el momento presente. Me parece muy buena tu reflexión y sí, mejor intentamos parecernos un poco más al resto de seres vivos que no se agobian por lo que pasará más adelante y saborean tranquilamente el momento.
ResponderEliminarUn abrazo y besos Ernesto!!!
La vida nos impide ser garzas... Mejor ni pensarlo. Dejemos que vivan felices.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo