miércoles, 1 de noviembre de 2023

...la sombrilla!

 


Una preciosa y natural mañana de lluvia, viento y frío.

Lo que la vida puede pedirnos hoy, entre otras mil cosas, es que si salimos a la calle lo hagamos con paraguas. No hacerlo, aparte de ser un sin sentido, puede suponer que acabemos empapados…

¡Paraguas! ¡Uno! Tamaño normal. Para una o dos personas.

Lo que no sería “natural” es que en un arrebato de “amor al prójimo” saliésemos con una descomunal sombrilla de terraza de bar… Tratando de dar cobijo a quienes, por la causa personal que sea, transitan sin paraguas bajo la lluvia.

Si bien lo que voy a decir no es exactamente la realidad, sí que puede servir para hacerse una idea.

─¡Hay dos mundos! ¡El suyo, que solo a usted atañe! ¡Y el “otro”! ¡¡El de los “demás”!!

─¡Ojo! La cita es para cada individuo. Y por ello cada persona tiene/vive su propio mundo... Y a la vez percibe el de "los demás". ¡Y ahí, en el de "los demás", le sitúan a usted! Es decir cada quien tiene “su propio mundo” con el que lidiar, para bien o para mejor.

─Vino al mundo solo. Y se irá solo. Vino con una hoja en blanco, en la que ir escribiendo el programa de vida que se había “marcado”… Para su propia evolución espiritual. Y, tal vez, se vaya de aquí con esa hoja emborronada de lo que debió hacer… ¡y no hizo! Y puede que también con pinceladas de lo que no debió hacer… ¡y acabó haciendo!

─Waaaooooo…. ¡Pues anda que no pinta la vida complicada!

─Entiendo que puede que se lo parezca… Pero en sí es sencillo, a mi modo de ver, claro.

─¡Cuando llueva en el mundo, en el suyo, y por extensión en el de “los demás” (por llover hay que entender las vicisitudes de cada quien), abra “su” paraguas. ¡Céntrese en su vida!

─¡No se disperse, sombrilla en mano, tratando de proteger al “prójimo”.

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¡¡La solidaridad y la ayuda bien entendida se sobrentiende en este escrito!!