Ya anoche, noche despejada, auguraba fuerte helada. Sobre todo aquí en el Norte. Y así ha sido esta mañana cuando he llevado a primera hora a mi nieta mayor al trabajo. El restaurante de su madre en el corazón del valle de Atxondo. A los pies del monte Anboto. (La n está bien puesta). 1.331 m de altitud. Vimos garcetas blancas posadas en las campas cubiertas por la escarcha, donde pacen ovejas y terneros, y una garza real en la orilla del río.
Un cielo azul y despejado augura un excelente día de luz y color otoñal. El Edén no andaría muy lejos de esta zona…
En el viaje de vuelta, un pensamiento surgió. No tanto recordar a alguien en concreto, sino ser consciente de haber vivido y conocido a personas que ya no están… Nacieron, vivieron sus vidas, las compartieron conmigo… Un día lejano ya, partieron.
¿Dónde están? ¿Dónde estaré yo cuando alguien en el futuro tenga un recuerdo de mí?
¿Qué es la vida? ¿La escala de valores que mueve el mundo? ¡Y por mundo hay que entender el mundo que cada uno es!
Cuando somos capaces de mitigar el ritmo imperante en nuestras vidas, aunque sólo sea durante esos instantes en que observamos una garza en el río pendiente del pequeño pez que le servirá de sustento, permitimos, o por lo menos estamos perceptivos a que otras realidades aniden en nosotros…
¿Vuelan espantadas esas realidades, cual garzas huidizas, ante el menor atisbo de que puedan modificar nuestros mundos?
Hay tantos valores en el mundo, huecos la mayoría, fuera y dentro de nosotros, tanta distracción, que no le resulta fácil a la persona despertar del sueño a que despierta cada día.
Un bonito panorama que invita a la reflexión, sí, seguro es lo más parecido al Edén. Me sucede a veces, lugares que parecen abrirse a pensamientos y personas que estuvieron en un tiempo y se vuelven evocación. Buen domingo, Ernesto.
ResponderEliminarAh! Eso me ha pasado, el ver algo y pensar, le tengo que decir a... y resulta que ya no está, y de ahí ponerme a contar a cuántos podré compartir alguna experiencia y resulta que sólo a los que me suceden, hacia atrás o algún costado ya no, un abrazo Ernesto!
ResponderEliminarCoincidencia.
ResponderEliminarNo sé por qué o tal vez si lo sepa, me hago esa pregunta y otras últimamente.¿Dónde están?
Cuando uno no se distrae, hay mucha vida que tampoco las palabras son suficientes para describirla.
Un abrazo Ernesto y buen día.
Last year was incredibly difficult for me but somehow I got through it. It's very hard to loose people who are dear to you. You remember how they laughed, how you waited for them to call you, your walks and conversations with them. And then you world suddenly becomes empty, and you have to learn to live in this emptiness. Thank you very much for writing this.
ResponderEliminarA hug.
En una panorámica campestre, la meditación viaja más lejos, intenta ver dónde se hallan nuestros ausentes, allí a donde partiremos un día u otro.
ResponderEliminarUn abrazo, Ernesto.
Te haces esta pregunta: ¿Dónde están? ¿Dónde estaré yo cuando alguien en el futuro tenga un recuerdo de mí? y en la misma te das la respuesta, estarás,(estaremos), en el recuerdo de las personas que nos amaron, en las que fuimos capaces de dejar alguna impronta.
ResponderEliminarTodo lo demás, entiendo que es pura verborrea.
Un abrazo.
Buenos días, Ernesto. Mucho tiempo sin aparecer por aquí, es cierto. Ni por aquí ni por mis espacios, pero es que la vida te lleva y te trae sin hacer mucho caso a lo que tú quieres. Pero estoy aquí, sigo viva y, además, hasta me he quitado la miopía. No esa miopía que te impide discernir con claridad ciertas cosas en la vida, sino la de mis ojos, que ahora brillarán más verdes sin gafas :) En fin, perdona la tontería, pero solo quería decirte que os recuerdo, y que quiero retomar todo esto, sin demasiadas interrupciones.
ResponderEliminarYo no sé dónde estarán aquellos que ya nos han dejado, ni sé adónde iré yo. Tampoco me preocupa demasiado. Mientras alguien tenga siquiera un lejano pensamiento hacia mí, ahí estaré. Después... todo será olvido. Y está bien, no pasa nada :)
Espero que por tus valles todo esté tranquilo. Aquí, mucho sol y poca lluvia, no te digo ya de nieve...
He intentado, de nuevo, contestar a vuestros comentarios, y no puedo. Al menos ahora estoy escribiendo aquí, así que espero tener más suerte la próxima vez y escribir desde mis blogs.
Cuídate y felices fiestas :)
Un abrazo
Mari Carmen Polo
Cuánta razón tienes, querido Ernesto. No me extenderé, tu publicación es muy elocuente y el mensaje que transmite es tan real como lo es ignorarlo por muchos que no son capaces de entenderlo y no sólo hablo del porqué la garza anda ahí o de si saben que existe, lo que más me gusta es lo que no escribes y que tan bien se interpreta.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte, abuelazo.
Qué gran acierto es todo lo que expresas amigo, esos instantes que yo los llamaría, “micro infinitos del día a día” son los que nos dan la maravillosa oportunidad de enfocarnos en lo importante y distraernos cada vez menos. Quienes vamos por ese camino, comenzamos a mirar el bosque y no los árboles, a mirar y sentir, más que la vida... la existencia misma, que incluye lo terrenal y lo celestial. Este mundo que estamos viviendo, nos reta a ser más y más superficiales, pero ahí la batalla y el triunfo, de no sucumbir y de procurar llevar una vida tranquila y sencilla, enfocada en el amor, en la solidaridad, en las muchas oportunidades que nos da el universo de tener más y más de esos valiosos micro infinitos, de mejorar cada vez un poco más y de traspasar esa sabiduría a los pequeñines que son como esponjas del entorno.
ResponderEliminarEstos días he tenido más marcadamente esos momentos, al estar con Fario, uno de los perros de mi hija que está yéndose poco a poco de este mundo, producto de un cáncer que le descubrieron hace pocas semanas. Voy cada día a estar con él, nada más que a darle muchos mimos y que así se sienta, más que nunca, amado y cuidado, y entonces lo quedo mirando a los ojos, y allí encuentro un tesoro inexplicable, sus ojos me hablan y me regocijo llena de amor. A su vez, pienso en lo que es el cuerpo, cómo puede irse deteriorando poco a poco pero no aquello que sentimos en el corazón, al contrario, eso se engrandece y a pesar de su deterioro físico, Fario ilumina todo a su alrededor.
Disculpa si me extendí, pero tu bella reflexión me hizo querer contarte esto. La forma en que terminaste es excelente “despertar del sueño a que despierta cada día”, muy cierta y genial.
Espero que tengas millones de micro infinitos en tu vida. La verdad es que están en todas partes todo el tiempo, es un tema de ser conscientes y desear sentirlos. Te mando un abrazo grande amigo. Que Dios siga bendiciendo tu corazón y que todos los que estamos bien pidamos por aquellos que están mal o en la oscuridad de una realidad ciega de lo esencial y verdadero.
Paty
Somos aves de paso que alguna vez emprenderemos un último vuelo. Y ¿A dónde iremos?... esa es una pregunta que nos invita a cavilar y filosofar, obteniendo como respuesta solo presunciones, nunca certezas, recién cuando nos toque hacer ese último viaje develaremos la verdad de ese misterioso destino.
ResponderEliminarDe otro lado, amigo Ernesto, tu experiencia de vida te permite observar el mundo desde un ángulo diferente, motivar tus pensamientos en búsqueda de respuestas, admirar la riqueza de lo simple, disfrutar la belleza y sabiduría de la naturaleza, comprender la importancia del día a día, hallarte a ti mismo en tus pensamientos, respetando tu filosofía, pues entre mil batallas combatidas, recibiste condecoraciones y cicatrices, resucitando tantas veces, que aprendiste a no temerle a la muerte.
Ernesto, no sé qué hay “después de”. Pero, la muerte puede quitarnos la vida, pero no lo vivido. Puede sacarnos de este mundo, pero no arrancarnos del cariño, sentimientos, emociones, recuerdos y afectos de los que compartieron en algún momento nuestra existencia. Incluso nuevas promociones nos conocerán a futuro, pues seguiremos viviendo en la memoria de los que nos sobrevivieron.
¡Gracias amigo!... Tus letras suelen ser una luz que ilumina en lo profundo de quienes (como yo) tenemos la fortuna de leerte
A material with a lot of meaning.
ResponderEliminarBuenas tardes-noches. He recibido tu mensaje, gracias a Lola. Gracias :) Espero que hayas tenido un buen día y que mañana sea aún mejor.
ResponderEliminarCuídate :)
Mari Carmen
Dicen que hay otros mundos, incluido el Edén, pero que están dentro de nosotros mismos... Cuando nos vayamos quisiera uno pensar que va a alguno de esos mundos, al mas bello de ellos, pero no sé, no lo tengo claro...
ResponderEliminarFelices fiestas, amigo
Bella reflexión la tuya, Ernesto. Yo estoy en esa edad que me pregunto como será el más allá... Hay tantas cosas que pienso y me pregunto... pero por mucho que me pregunte me quedo igual, así que sigo adelante, unos días mejores que otros, pero sigo.
ResponderEliminarTe deseo felices fiestas y cuídate.
Si es verdad que hay otros mundos. Cuando nos toque marcharnos, me gustaría ir a donde están los que recordamos, porque sería un encuentro muy deseado. La garza es pura belleza. Gran foto.
ResponderEliminarQue buena reflexión nos dejas.
Buena Navidad Ernesto.
Un abrazo🤗〰〰💕
Es un placer leerte querido, Ernesto.
ResponderEliminarTu prosa poética tan bella me lleva a meterme dentro del paisaje que describes y ser uno más dentro de él.
Además, siempre profundo, nos animas a la hermosa tarea de pensar.
Gracias por tanto.
Nos dejas un buen mensaje y una gran reflexión.
ResponderEliminarTe deseo una Navidad muy feliz.
Un abrazo.
Hace unos días leí en un blog (https://www.xuliocs.com) una frase que me llamo la atención y la anoté "Aunque el paisaje sea el mismo para todos, no todos vemos las mismas cosas: una cosa es mirar pasando, y otra ver sintiendo". Y es que andamos a veces bastante despistados, pero creo que darse cuenta ya es algo y a partir de ahí solo queda aprender a estar atentos, lo cual sin duda requiere cierta calma.
ResponderEliminarUn abrazo Ernesto!!
Valores, principios... ¡tengo tantos! y si estos no te gustan, aún tengo más...
ResponderEliminarSé que tú también, los podríamos coleccionar.... jajaja
Abrazo.