¿Dónde está tu hermano? |
No
cabría negar que evolucionar evolucionar evolucionamos. Como dice mi
amiga Yayone: “Lo
bueno es qué, se evoluciona y se va creciendo como individuo,
(algun@s).” Y por otro lado si nos paramos a
recordar aquellos cuentos que de niños nos contaban, Caperucita
Roja, Blancanieves, La Cenicienta, Los cinco cabritillos, El pastor y
el lobo, etc., etc., descubriremos que evolucionar puede, pero que
seguimos escuchando, y creyéndonos, los mismos o similares
cuentos.
No
voy a delimitar a qué cuento de antaño corresponde el actual, el
que nos cuentan día sí y otro también.
¡¡Allá cuidaos cada
quién con su debe y haber!!
─¿Debe
y haber? ¿A qué se refiere con ello, estamos en clase de
contabilidad?
─¡Deberíamos!…
Deberíamos contabilizar el haber del que disponemos tras escuchar, y
cargar, con los sempiternos cuentos que, como decía un amigo mío
andaluz entre carcajadas: “debe haber pero no hay”. Y
constatar como se adelgaza ese debe y engorda el haber.
No
hace falta ser muy evolucionado para comprobar que los que
“evolucionan” realmente, por lo menos en valores de mercado, son,
sino los mismos, muy parecidos a los que ya “evolucionaban” en
aquellos años antiguos de los cuentos aquellos.
Habla
Pedro Ojeda del poema de Antonio Machado, “Por tierras de España”,
en el que éste
construye con solidez una idea que le acompañará durante mucho
tiempo: el cainismo español, la visión de la historia de España
como un conflicto permanente. Primero, con el paisaje -contra el
paisaje- puesto que el habitante de estas tierras ha roto
definitivamente con él y lo destruye.
El
hombre de estos campos que incendia los pinares
y su despojo aguarda como botín de guerra,
antaño hubo raído los negros encinares,
talado los robustos robledos de la sierra.
Hoy ve a sus pobres hijos huyendo de sus lares;
la tempestad llevarse los limos de la tierra
por los sagrados ríos hacia los anchos mares;
y en páramos malditos trabaja, sufre y yerra.
y su despojo aguarda como botín de guerra,
antaño hubo raído los negros encinares,
talado los robustos robledos de la sierra.
Hoy ve a sus pobres hijos huyendo de sus lares;
la tempestad llevarse los limos de la tierra
por los sagrados ríos hacia los anchos mares;
y en páramos malditos trabaja, sufre y yerra.
Segundo
el currículum…
Es
hijo de una estirpe de rudos caminantes,
pastores que conducen sus hordas de merinos
a Extremadura fértil, rebaños trashumantes
que mancha el polvo y dora el sol de los caminos.
Pequeño, ágil, sufrido, los ojos de hombre astuto,
pastores que conducen sus hordas de merinos
a Extremadura fértil, rebaños trashumantes
que mancha el polvo y dora el sol de los caminos.
Pequeño, ágil, sufrido, los ojos de hombre astuto,
hundidos,
recelosos, movibles; y trazadas
cual arco de ballesta, en el semblante enjuto
de pómulos salientes, las cejas muy pobladas.
Abunda el hombre malo del campo y de la aldea,
capaz de insanos vicios y crímenes bestiales,
que bajo el pardo sayo esconde un alma fea,
esclava de los siete pecados capitales.
cual arco de ballesta, en el semblante enjuto
de pómulos salientes, las cejas muy pobladas.
Abunda el hombre malo del campo y de la aldea,
capaz de insanos vicios y crímenes bestiales,
que bajo el pardo sayo esconde un alma fea,
esclava de los siete pecados capitales.
Y
tercero,
con su vecino, con su igual: la historia de España como guerra civil
permanente para la que trae a su poesía el pasaje bíblico entre
Caín y Abel. Machado supo hallar la imagen para una certeza.
:
Veréis
llanuras bélicas y páramos de asceta
—no fue por estos campos el bíblico jardín—:
son tierras para el águila, un trozo de planeta
por donde cruza errante la sombra de Caín.”
—no fue por estos campos el bíblico jardín—:
son tierras para el águila, un trozo de planeta
por donde cruza errante la sombra de Caín.”
Ernesto, hermosa la música que acompaña tus palabras hoy, así estamos y así somos un poco de Caín otro poco de Abel, y actuamos a veces como uno y otras como el otro, un abrazo!
ResponderEliminary como consecuencia "en términos malditos trabaja, sufre y yerra"
ResponderEliminarUn abrazo , Ernesto
Hola Ernesto.
ResponderEliminarSeguimos creyéndonos los cuentos antiguos pero en la versión modernizada y seguimos ttagando con ellos.
Y como dice Maria Cristina...a veces un poco Caín, a veces un poco Abel.
De todas formas: " dame pan y llámame tonto"
Un abrazo.
La sombra de Caín la llevamos todos en un rincón aunque nos mostremos como Abel.
ResponderEliminarEn la evolución de cada cual, crece más uno, que el otro de estos dos personajes, solo hay que ver el mundo para opinar, y es que las metáforas de los cuentos, llevan mucha verdad, hasta el más simple, y casi todos llegan a una conclusión: no te fíes ni de tu sombra, jeje.
Buen poema de Machado para una buenas ganas de analizar... :)
Un abrazo.
Como siempre,tus entradas nos permiten un punto de inflexión en lo cotidiano.
ResponderEliminarGracias!
Hermano,
ResponderEliminaresa confrontación de Caín y Abel, nos la trajo Colón a estas tierras de América y no lo has podido decir de mejor forma...
Pero eso debemos dejarlo atrás, no será fácil, ni será mañana, pero con gente como tu, seguro será algún día
Paz
Isaac
Hola, Ernesto.
ResponderEliminarTodos tenemos esas sombras que escondiéndose hacen que seamos más "Abel", las experiencias nos hacen creer, no todas, obviamente, y los cuentos nos los siguen contando, sólo que ya, no se traga con ciertas fábulas, como siempre traes tus reflexiones para meditar, y hoy, con poemas exquisitos, justos a la medida del texto, maravilloso.
Muxu haundia, Ernesto, bihotza.
Ya nada es como aquellos cuentos.
ResponderEliminarBueno recordar las letras del gran Antonio Machado.
Y, siempre reflexionando después de leerte.
Un abrazo. Feliz semana.
Ya en los tiempos del Edén se daban de tortas los hermanos...
ResponderEliminarY cuando éramos monos (éramos?), también. Evolucionar, evolucionamos; pero las tortas siguen siendo parecidas XD
Muy buen apunte y relato, Ernesto,
Un abrazo
Siempre estarán ahí los cuentos de antes, los cuentos de ahora -tal vez más técnicos y sofisticados- y...los cuentistas.
ResponderEliminarRazón tiene y sigue siendo actual el sentir de Antonio Machado, un ser clarividente en sus escritos, su trayectoria y su vida. Y en estos poemas, como en todo lo suyo, late su honda palpitación de espíritu y sensibilidad de alma.
Un abrazo Ernesto.
Machado lo clava, se sigue quemando el bosque, se sigue ahorcando a los galgos al final de su utilidad como perros de caza, se defienden tradiciones que consisten en torturar a inocentes animales, se crea odio irracional entre pueblos sin haber salido nunca del terruño y hablar de oídas...
ResponderEliminarA veces pienso como Voltaire, y cito de oído "la barbarie no se elimina con la civilización, se sofistica"
Hermosa música de fondo, Ernesto.
No me siento Cain, para nada, no creo en la culpa colectiva. Eso es una trampa para que pensemos que el ser humano no tiene remedio.
Creo que la cultura, la empatía, la flexibilidad y tolerancia, el desprendernos de los miedos, y el pensar que cada uno de nosotros es sólo una minúcula parte de un TODO podría ser un buen principio para evolucionar.
Un beso,
No se por que pero creó que hasta los cuentos han cambiado o tal vez sea yo la que no sea la misma , da igual, me hiciste llegar hasta mi niñez con esta entrada, gracias por ello.
ResponderEliminarUn beso.
Vengo con prisa pero con cariño ...me gusta mucho todo lo que escribes aquí siempre ...y hoy lo de Caín y Abel, es lo que nos metían por la cabeza las monjas ...
ResponderEliminarun gran abrazo
Un abrazo, Ernesto.
ResponderEliminarFelices días.
Me gusta mucho tu texto, es para leer despacito y atento.
ResponderEliminarSin duda la historia del hombre está condenada a repetirse y empiezo a pensar que los buenos actos regresan aún con más fuerza también.
¡¡¡Abracitoooooooooooo!!!
Nihil novum sub sole o "Nada nuevo bajo el sol" Eclesiastés, parece que la pronunció el rey Salomón. Desgraciadamente o afortunadamente, no lo sé, repetimos y volvemos a errar una y mil veces, por eso los versos de Machado y de tantos otros siguen siendo de rabiosa actualidad. Pero es bueno pensar en ello y tú lo haces y transmites constantemente. Abrazos Ernesto.
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