domingo, 2 de marzo de 2025

El viejo buzón de la esquina...


 

Esta mañana, temprano, la mente me ha jugado una breve pasada... Me ha parecido oír el silbato del cartero aquél... ¡Sí, aquél que todos conocíamos entonces. El del uniforme color marino, gorra de plato, poblado bigote y, fuerte voz llamando a rebato!

Aquella figura de antaño, su razón de ser... ¡Las cartas! La comunicación con familiares y amigos. De los primeros, los abuelos de Extremadura, Andalucía o Castilla, escribiendo a los nietos en las zonas industriales donde sus padres emigraron, dentro del país. ¡Los novios de entonces! El hijo cumpliendo el servicio militar, etc.

Aquellas voces del cartero tras tocar su silbato llamando a unos y otros vecinos desde abajo. (Preludio del telefonillo actual y el buzón en los portales)

No hace tantos años escribía cartas a mano, directas, tal como las sentía. Después al pasarlas a máquina, ya se producían los matices, si fuese el caso. ¡Quito esto, pongo aquello! Y algo fundamental. ¡El diccionario! Ante cualquier duda, buscar. Era un diccionario muy completo respecto a cada palabra.

Hoy la "modernidad", y estoy encantado con ese aspecto de teclear, ¡me encanta teclear! Ya lo que salga es otra historia. :)))))) Permite esa comunicación a nivel de todos en la cual nos encontramos muchos.

Desde la mesa de casa, el mundo entero. Y sin embargo, cada vez se aprecia más soledad... Menos interacción con la gente... En la calle, los vecinos, el barrio, etc. 

¿O seremos nosotros, los de antaño, los de las sienes blancas, los de la sabiduría antigua?

─ ¡Oiga!, ¿no ha oído hablar de las redes sociales! Medio de comunicación en el cual millones de personas entablan diálogo minuto a minuto?

14 comentarios:

  1. Nos hemos vuelto cómodos Ernesto y aunque el cartero sigue haciendo su reparto, lo cierto es que hasta en Navidad nos cuesta enviar alguna felicitación de nuestro propio puño y letra. Supongo que no es ni bueno, ni malo, solo acorde a la vida acelerada que llevamos en donde la rapidez está por encima de otras cosas.
    Un abrazo.

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  2. A mí me gustaba escribir cartas, comprar el sobre y el sello, y echarlas al buzón. En la actualidad la comunicación tomó otros derroteros, más inmediatez para transmitir los mensajes pero menos encanto que se transmitía con aquellas cartas olvidadas, escritas a mano.
    Feliz marzo.

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  3. Una amiga de toda la vida se fue a vivir a una provincia cuando se casó. Nuestra correspondencia era muy especial, yo escribía cada mes y ella lo hacía cada vez que me quería contar algo. Lo diferente es que acumulaba hojas en algún lugar de su casa, y el marido, cuando veía una gran cantidad las ponía en un sobre y las llevaba al correo. Ella ya no está, fue una muy buena época, un abrazo Ernesto!

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    1. Cuando ni tan sólo había teléfonos fijos en las casas, nos comunicábamos por carta, ¡qué tiempos aquellos!. La ilusión que sentía a la hora de pasar el cartero era inmensa, entonces me carteaba con mucha gente, incluso fuera del país...Recuerdo unos chicos italianos que conocimos en nuestro viaje de estudios. ¡Dieciséis años y todo un mundo por delante!. Como se me daban bien los idiomas, era la encargada de traducir a los dos hijos del hotel en el que nos hospedábamos, "¿Paula, qué dice Franco?", "¿Paula, qué dice Mauro?" y así nos pasábamos las noches después de cenar. Al marcharnos, nos dimos las correspondientes direcciones y prometimos escribirnos. Durante más de dos años me estuve carteando con Franco, hasta que un día recibí noticias que se había enrolado en el Américo Vespucio y que tenía como destino Mallorca. ¡Y llegó el día!, recuerdo que estábamos preparando para comer y vi por la ventana a un chico con un traje de marinero muy blanco, con un gran ramo de flores, dando vueltas por la plaza delante de casa y mi corazón dio un vuelco, "no puede ser" pensé y sí, era él. El encuentro fue como si no nos hubiéramos separado nunca. Después de los primeros instantes, le invité a comer en casa y de nuevo hice de traductora con mis padres...

      ¡Uff... me enrollado como una persiana!, mejor termino diciendo que es una ventaja poder enviar un escrito y que se pueda leer al momento, pero para mí esas cartas de puño y letra tenían un no se qué, que me encantaban.
      Aferradetes, Ernesto.

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  5. Así es, nos hemos vuelto seres de pocas palabras y mucho tecleo, tan hiperconectados como cada vez más aislados en nuestra burbuja digital. Con las llamadas telefónicas y el WhatsApp sucede otro tanto, la calidez de la voz y palabra están siendo abatidas por la aridez de un texto lleno de ridículos muñequitos porque somos incapaces de decir un te quiero o un todo lo contrario. Un saludo

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  6. Letters. A way to preserve the truth.
    Officially, in 1918, a minister resigned for health reasons.
    The king publicly thanked him for his services.
    After 80 years, a letter from the minister was found in the archive of the head of government. The minister had resigned because he had been insulted by a general.
    Letters.
    An undeniable memory of time.
    Are we richer now?
    I think we are poorer.
    A digital message stays somewhere until it is deleted by the recipient or it deletes itself after x days.
    Time no longer has a memory to show the truth after many more years...

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  7. Ernesto:
    es cosa más para el pasado.
    Salu2.

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  8. Al cartero solo lo recuerdo de cuando pasaba a recoger el aguinaldo navideño. Lo de escribir cartas y echarlas al buzón sí.
    Un abrazo.

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  9. Ese cartero! Así conocí a mi marido, escribiéndonos!
    Un abrazo

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  10. Qué figura más entrañable la del cartero.
    Leyéndote he visto el que iba a casa de mis padres, el uniforme aquí era gris, pero su voz aún resuena en mis oídos y me he visto bajando las escaleras de tres en tres para llegar antes...
    Me he puesto tristona al recordar...

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  11. Hola Ernesto, en mi país el cartero no tocaba silbato, solo gritaba ...Carteroooo y saliamos a ver quién nos había escrito. Tiempos pasados que es lindo recordar.
    mariarosa

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  12. I miss the time when I would open an envelope and take out a letter with trepidation. I think we have become poorer from our communication via email and mobile phone. We have forgotten how to wait and have become accustomed to the fact that everything happens in a matter of minutes.
    In my life, the postman was a messenger of life, he didn't whistle, he rang the doorbell persistently and was in a hurry, but he always had warm, kind words for me and my family.
    A hug, Ernesto.

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  13. Hola Ernesto, bonitos recuerdos los que traes a mi memoria con esta entrada. Acá el cartero solo echaba la cartas bajo la puerta. Me encantaba cartearme con mi hermana que vivía en Suiza. Y de paso, coleccionar las estampillas.
    Abrazos!

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